"La Maltos"
Fue una bruja que
vivió en San Luis Potosí en la época de la colonia, la gente le temía por qué sabían
de su pacto con el demonio, pero no solo por esto sino también porque ella tenía
un papel inquisidor en san Luis, podía acusar a cualquiera de brujería y esta
persona era arrestada de inmediato sin derecho a un juicio, una vez que la
persona era apresada la sometían a terribles castigos para que confesara sus
culpas, en la mayoría de los casos el preso no llegaba con vida al final de su
juicio ya que moría por la cantidad de castigo que recibían, la Maltos era la
que también aplicaba la tortura era muy perversa esta mujer, de acuerdo algunos
testigos de la época la Maltos podía hacer aparecer en el interior de su casa a
perros gigantes, lobos y hasta una carreta con caballos diabólicos, este
carruaje del infierno era visto solo por las noches, la Maltos lo ocupaba para
salir a pasear en él y la gente cuando la veía pasar se asustaba, el carruaje
cruzaba el centro de san Luis Potosí a toda velocidad echando chispas, sus
fechorías no parecían tener fin pues ella tenía de su parte a las autoridades y
a los políticos, estos habían escuchado de sus poderes y endemoniados actos que
le temían, preferían tenerla de amiga que de rival.
Pero esta impunidad
termino para la Maltos cuando se extra limito y termino con la vida por medio
de sus hechizos a dos personas con mucha influencia política y económica en san
Luis, no hubo más remedio para el alto inquisidor que dar la orden para que la
aprendieran y la enviaran a la cárcel de la ciudad de México, la policía llego
a la casa de la Maltos y entraron a capturarla, ella estaba en su habitación y
tranquilamente acepto que la llevaran presa, temiendo alguna represaría por
parte de ella, las personas que participaron en su captura se disculparon
informándole que la orden no venía de ellos, la Maltos acepto las disculpas y
les prometió que no se vengaría, “ha llegado la hora de perder dijo la Maltos
aunque mis poderes no se han ido podría destruirlos en estos momentos pero no
quiero, me entrego a ustedes pero un favor les quiero pedir que antes de partir
me dejen hacer un dibujo en la pared el cual quedara como un recuerdo de mi
presencia en esta casa”, los policías aceptaron y se hicieron a un lado para
que la Maltos trazara su dibujo en la pared, con el dedo índice de la mano
derecha trazo los contornos de una carroza le dibujo unas ruedas y al final dos
corceles, al terminar su dibujo ella se carcajeo y comenzó a decir extrañas
palabras un conjuro que hizo cobrar vida al dibujo, voltio a ver a sus captores
y con una cara llena de felicidad les dijo “los invito a que viajen conmigo
recorreremos lo largo y ancho de los continentes, los hombres quedaron
inmóviles a lo que estaban viendo, la Maltos subió a la carroza y tomo las
riendas azoto a los caballos y estos relincharon al mismo tiempo avanzaban, en
breve el carruaje desapareció los policías salieron muy sorprendidos a dar
aviso a su jefe pero este no les creyó, a partir de ese momento nunca más se
volvió a ver “La Maltos”
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