jueves, 29 de noviembre de 2012


“LA LLORONA”
La terrorífica historia de La Llorona es una leyenda muy extendida en ciertos países, según la cual una mujer que ha perdido a sus hijos vaga convertida en un alma en pena, siempre buscándolos y turbando con su llanto a quienes la oyen.  Hay muchas versiones de la historia, pero los hechos principales suelen ser siempre los mismos.
 La oscuridad de la noche es la mejor aliada para este alma fantasmal, que vaga entre vapores, según los testimonios de aquellos que la han visto, rodeada por dolor y  con un llanto tan terrible que muchos de los que se cruzaban con ella por algún callejón no solían salir con vida. Dicen que la mujer lleva un traje blanco y un espeso velo suele cubrirle el rostro. Con lentos y callados pasos recorre plazas y calles estrechas y oscuras de algunas ciudades. A veces se pone de rodillas, o puede vérsela de espaldas mirando fijamente una pared.. con un agudo y profundo llanto. 

Origen
El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raíces en la mitologia Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.
En Argentina se dice que la Llorona era una mujer que mató a sus hijos, en Chile sin embargo, se dice que la Llorona era una mujer que llora eternamente porque le quitaron a su hijo de sus brazos a muy corta edad. Es una presencia fantasmal vestida de blanco, a la que sólo puede ver la gente que está cercana a la muerte o algunas personas con habilidades especiales.

En la versión guatemalteca, la Llorona es una mujer llamada María, condenada a repetir hasta el fin de los tiempos su grito («¡Ay, mis hijos!»). En efecto, mientras su esposo estaba fuera, María tuvo amores con un mozo que llegó a revisar un problema en su casa y la dejó embarazada. Angustiada, ahogó a su hijo, Juan de la Cruz, en el río (o, según otras versiones, a sus dos hijos), mientras que en España, la leyenda cuenta que una mujer joven y bella conoció a un hombre rico y respetuoso. Al pasar el tiempo llegaron a contraer un matrimonio lleno de mucho amor concibiendo sus hijos con gran ilusión. Pasaron los años y la buena mujer fue abandonada por su esposo. Ella quedó sola con sus hijos y con una gran responsabilidad que la llevó a la depresión. Una noche invitó a sus hijos a dar un paseo por la playa. Allí los lanzó al agua viendo como poco a poco se iban ahogando. Su macabra acción le llevó a huir despavorida del lugar. Mientras corría por la oscura carretera en forma aturdida fue atropellada por un vehículo. Su muerte fue al instante.  A raíz de este suceso, vecinos de la playa del pueblo de Barceloneta, comentan sobre la misteriosa aparición de una dama a la que han apodado “La Llorona”. Dicha mujer aparece en altas horas de la noche produciendo un extraño sonido similar al llanto.



 Según la tradición mexicana, la leyenda de la Llorona nace donde hoy se encuentra la Ciudad de México.
Existen dos versiones conocidas.
La primera es la más conocida y difundida en México:
Existió una mujer indígena que tenía un romance con un caballero español. Fruto de esta pasión, nacieron tres niños, que la madre atendía siempre en forma devota. Cuando la joven comienza a pedir que la relación sea formalizada, el caballero la esquivaba, quizás por temor a lo que dirán. Dicho y hecho, un tiempo después, el hombre dejó a la joven y se casó con una dama española de alta sociedad. Cuando la mujer se enteró, dolida y totalmente desesperada, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río. Luego se suicida por que claro, no soporta la culpa. Desde ese día, se escucha el lamento lleno de dolor de la joven en el río donde esto ocurrió. Luego de que México fuera establecido, comenzó un toque de queda a las once de la noche y nadie podía salir. Es desde entonces que dicen escuchar un lamento cerca de la plaza de la Patria, y que al ver por las ventanas para ver quien llamaba a sus hijos de forma desesperada, veían una mujer vestida enteramente de blanco, delgada y que se esfumaba en la Presa Calles.
La segunda es la versión que precede a la anterior, a pesar de esto es poco conocida. Es la más antigua de "las lloronas":
Antes de la llegada de los españoles a lo que ahora es México, la gente que habitaba la zona del lago de Texcoco, además de temer al dios Viento de la Noche (Yoali Ehécatl), podía escuchar en las noches los lamentos de una mujer que estaría por siempre vagando y lamentando la muerte de su hijo y la pérdida de su propia vida. La llamaban Chocacíhuatl, La Llorona, y ella era la primera de todas las madres que murió al dar a luz . Allí flotaban en el aire las calaveras descarnadas y separadas de sus cuerpos (Chocacíhuatl y su hijo), cazando a cualquier viajero que hubiese sido atrapado por la oscuridad de la noche. Si algún mortal veía estas cosas, podía estar seguro de que para él esto era un presagio seguro de infortunio o incluso muerte.

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